En la Escuela de Música Sinfónica de Pérez Zeledón siempre nos hemos preocupado por mantener un excelente equipo docente que pueda conectar con las aspiraciones y sueños de nuestros estudiantes, ayudándoles a alcanzar su máximo potencial como músicos y como personas.

Precisamente, Diego Solano es el ejemplo vivo de ese tipo de profesor comprometido con la enseñanza y apasionado por su instrumento, el trombón. Con él hablamos esta semana y queremos compartir sus respuestas que resultan realistas pero inspiradoras.

Empecemos hablando del trombón. ¿Qué es este instrumento?

El trombón es un instrumento de la familia de los bronces, que fue originado a mediados del siglo XV, la primera referencia que se tiene del instrumento data en 1468 en la boda de Carlos el Valiente y Margarita de York en Brujas, Bélgica.

Su nombre deriva del francés saicqueboute («sacar y meter»). De hecho, primero se llamó sacabuche).

El trombón proviene del shofar, que es un instrumento hebreo, como un cuerno, el cual da un sonido similar al trombón.

¿En qué espacios o agrupaciones se incluye al trombón?

 

Actualmente, el trombón puede ser utilizado en la mayoría de los ritmos (música popular y orquestal) y agrupaciones existentes: orquestas sinfónicas, bandas sinfónicas, Big Band, Combos de Jazz, y como solista.

Es un instrumento muy versátil, ya que puede ser utilizado en cualquier agrupación.

¿Usted, como músico y docente, recomendaría estudiar música a niños y jóvenes? ¿Por qué?

Yo recomiendo estudiar música siempre, porque nos genera muchas herramientas para afrontar cualquier situación en la vida.

Algunos beneficios que nos deja el estudio de la música son la perseverancia y capacidad de esfuerzo. Cada obra que se aprende supone un reto de superación personal que solo puede lograrse con constancia.

Estudiar música implica entrenarse en la capacidad para aplazar la recompensa, es decir, en la paciencia y esperanza de que, con trabajo, se logran resultados. Es por ello por lo que esta disciplina ayuda a que los estudiantes de música sean, por lo general, muy buenos también en la escuela primaria o el colegio.

Además, aumentan la resiliencia y la capacidad para responder de forma equilibrada y con control en situaciones de estrés, como son las audiciones y conciertos.

Ok. Y ¿por qué estudiar en la Escuela de Música Sinfónica de Pérez Zeledón?

La verdad son muchos los recursos que se pueden obtener en la Escuela de Música Sinfónica de Pérez Zeledón: los cursos necesarios de inducción para la lectura musical, el instrumento que quieras ejecutar, la instrucción con profesores altamente calificados en los instrumentos requeridos, y las instalaciones adecuadas para potenciar el desarrollo y aprendizaje de cualquier instrumento, con el requisito infalible de disciplina y buenos resultados.

Como profesor de la escuela, me siento afortunado y con mucho respaldo, ya que tiene al menos 27 años de estar formando músicos a nivel nacional. Es un privilegio contar con el espacio y las instalaciones con condiciones óptimas para el desarrollo de los alumnos.